Los servicios no destinados a la venta: educación y sanidad

Las tendencias señaladas son el producto de evoluciones no siempre coincidentes de un conjunto de actividades muy heterogéneo y de importancia dispar, en respuesta a las peculiaridades de la demanda española y a las ventajas comparativas existentes en la producción.


Aunque no se dispone, para un amplio período de tiempo, de una clasificación de los servicios desagregada de acuerdo con la tasa de crecimiento de la productividad, sí podemos agruparlos según que estén destinados a la venta o sean producciones que se suministran al margen del mercado. En el período 1964-1992, los servicios no destinados a la venta han duplicado, en términos nominales su participación en la producción nacional, creciendo a un ritmo muy superior al resto de los servicios. Se pasa casi del 7% en 1964 al 15% en 1992. La mayor parte de esta expansión se debe a su encarecimiento, aunque una parte significativa se debe a un crecimiento de su volumen, ya que en términos reales han aumentado su participación en la producción, mientras que los servicios de mercado la han reducido.

La expansión de los servicios no destinados a la venta se explica por los cambios que se han producido en el sector público español, asociados, en parte, a la reorganización de las Administraciones Públicas hacia unas estructuras más descentralizadas y, en parte, debido a la creciente asunción por el sector público de tareas educativas, sanitarias y asistenciales. En la medida en que se trata de servicios estancados, su mayor expansión relativa ha limitado el avance de la productividad del sector.

Los servicios de mercado han aumentado en términos nominales (12%) su participación en la producción pero la han reducido un poco en términos reales (en 1964 los servicios de mercado pesan un 45% en términos reales y en 1992 un 43%). El subsector que genera un mayor volumen de producción es el de distribución comercial, que muestra una suave tendencia al alza en su participación nominal y un moderado descenso en precios constantes, indicando con ello un encarecimiento de la distribución en España. El grupo de “otros servicios”, que incluye servicios a empresas, sanidad y educación privada, servicios inmobiliarios..., han aumentado su significación en términos nominales y la ha reducido en valores reales, mostrando así su notable encarecimiento. La hostelería ha registrado una notable expansión, reflejando la gran importancia que el turismo tiene en España, pues se ha convertido en una de las primeras potencias turísticas mundiales. El sector transporte y comunicaciones ha aumentado sustancialmente su participación en la producción real, mientras que en términos nominales apenas ha crecido su importancia relativa, debido a que son actividades susceptibles de notables avances técnicos que permiten un abaratamiento de dichos servicios.

La comparación con los países de la Unión Europea muestra que, tradicionalmente, la importancia relativa de los servicios en España era inferior, destacando la distancia a la que se encontraban los servicios no destinados a la venta. Desde los años setenta, sin embargo, la participación en la producción nacional de los servicios no destinados a la venta ha crecido a una tasa extraordinariamente elevada y en los años noventa su importancia relativa es similar, e incluso superior, a la de los países europeos, a excepción de los países nórdicos y Francia. En cambio, los servicios destinados a la venta o de mercado han registrado una expansión moderada en su participación en la producción nacional, con una aportación a la economía española sustancialmente inferior a lo que es habitual en los países europeos, con excepción de los países nórdicos.

Para profundizar en el análisis de las diferentes actividades de servicios se van a utilizar algunos índices de especialización de la producción y del comercio de los servicios de mercado, con relación a los países europeos. La comparación de la estructura de la producción española con la comunitaria revela una gran especialización en la actividad turística, destacando sobre otros países que también son potencias turísticas, como Francia e Italia

En cuanto a los servicios destinados a la venta (o de mercado) tuvieron crecimientos inferiores a la media el comercio, otros servicios (educación y sanidad privada,....) y las comunicaciones. Mientras que tuvieron incrementos superiores a la media europea la hostelería, el transporte y los servicios financieros. Los incrementos de productividad en España son superiores a los de Francia, e Italia pero inferiores a los de Alemania.

El encarecimiento de los servicios no se puede explicar a través del distinto crecimiento de la productividad. Generalmente, los servicios se mantienen al margen de la competencia internacional y los servicios suelen estar muy regulados por lo que, a veces, se generan condiciones de poder de mercado. Si algunos servicios por naturaleza tienen dificultad para incrementar la productividad, hay otros servicios que potencialmente si podrían pero que no tienen incentivos a la innovación y a la disminución de precios al no existir competencia nacional e internacional. De esta forma, en España, en muchos casos, algunos servicios no sólo han trasladado los incrementos de costes a los precios sino que también han conseguido mejorar la remuneración y, en particular, por la partición de beneficios por lo que no han existido incentivos para mejorar la eficiencia productiva.

Hay un proceso de desregulación de los servicios, que se inicia en EEUU a mediados de los años 70 y en los años 90 se da en otros países europeos como en España. Ejemplo: transporte aéreo, desregulación en la distribución de medicamentos en farmacias, en telefonía.

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