IMPACTO DEL DESARROLLO SUSTENTABLE Y LA TECNOLOGÍA EN LAS ORGANIZACIONES
1. ORGANIZACIONES Y EL DESARROLLO SUSTENTABLE
1.1. Ambiente y las organizaciones sociales
En la prehistoria el hombre no era un científico, pero para sobrevivir, tuvo que comprender algunas relaciones entre los animales, las plantas y el ambiente. Debía conocer dónde vivía el animal que le proporcionaba carne, para acecharlo y darle muerte. Más tarde, comenzó a cultivar la tierra. Domesticó a los animales para obtener de ellos su alimento, y en lugar de seguir cazando, se dedicó a reconocer los buenos suelos, seleccionar plantas y animales. Esta larga experiencia, a lo largo de los años, fue convirtiéndola hombre en un ecologista práctico.
El agricultor primitivo encontró imposible cultivar la pesada condición de las tierras de pastoreo, así limitó sus esfuerzos a las tierras de aluvión de los ríos donde el suelo era fértil. Aprendió a almacenar alimentos, luego empezó a edificar ciudades y pueblos y a aumentar en número. Sin embargo, hubo efectos concomitantes. El hacinamiento de gente en los pueblos y ciudades lo expuso a frecuentes epidemias y éstas, junto con las guerras y hambres, cobraron un fuerte precio de vidas humanas. Estas preocupaciones llevaron a los griegos a realizar los primeros estudios de ecología que se iniciaron con Héraclito quien indicó la existencia de una relación general en la naturaleza viva, su constante movilidad y su variabilidad.
Durante siglos, muchos científicos recolectaron datos sobre la interrelación entre las plantas, los animales y el medio que los rodea. Sin embargo, hace unos cuantos años, cualquiera que no fuese biólogo o estudiante de ecología, pasaba meses sin hallar mención alguna de esta nueva ciencia. Pero hoy gracias a la conciencia ecológica y a Heckel, esta disciplina se encuentra en las reuniones, en las editoriales de los periódicos, en las portadas de las revistas, en los discurso de los políticos, etc.
De esta manera y en forma muy general podemos ver la relación que existe entre el medio ambiente (ecología) y las organizaciones sociales, ya que es un tópico muy importante en nuestros días y que no dichas organizaciones no están exentas de tal situación ya que es muy bien visto por la sociedad que las organizaciones mantengan una conciencia ecológica y que todos, tanto individuos y organizaciones seamos parte de la solución a los problemas en materia ecológica.
1.2. Aspectos fundamentales de la ecología
Se ha concebido a la ecología como el estudio de las poblaciones de seres vivos que crecen y se multiplican en un medio constantemente cambiante pero limitado. Es decir, la ecología se basa en la lucha continua de los organismos para adaptarse a su medio, sin embargo, ecológicamente la vida no es un fenómeno individual, sino colectivo. Es una función comunal en la que las acciones individuales se coordinan y organizan para formar una unidad funcional.
La ecología humana representa una especialización dentro de la ecología general, es una aplicación particular a los seres humanos que define la relación infraestructural del individuo con la sociedad de su tiempo. Esta rama de la ecología general se estudia según la metodología que permite conocer la relación del hombre con su medio, tratando de adaptarse a un territorio (hábitat) concreto. Esto puede observarse en el amplio control que ejerce el hombre sobre lo que le rodea: la gran facilidad del hombre para idear y acumular métodos para enfrentarse a las situaciones de la vida que no tiene contrapartida en ninguna otra parte del mundo animado.
1.3. El hombre y el ambiente
El hombre durante casi un millón y medio de años, estuvo en equilibrio con su entorno. Estaba sujeto a los mismos procesos de selección natural. Era capaz de obtener su alimento sin alterar los ciclos vitales. Pero a partir de la Revolución Industrial el hombre se convirtió en el elemento más amenazador del equilibrio ecológico transformándose en el más grande de los consumidores de energía y en el productor de grandes cantidades de desechos. Puede afirmarse que estos factores han sido la causa principal de la grave patología de la biosfera, que los ecólogos llaman contaminación y los físicos entropía. Paralelamente a estos desequilibrios, se han presentado otros problemas entre los que se destaca el crecimiento demográfico.
Otros de los problemas que en la actualidad ha sido tratado en los foros de organismos internacionales son: la pobreza y el deterioro ambiental. Este aspecto es parte de la responsabilidad social del hombre frente al ambiente. Al respecto, es común relacionar la pobreza con el deterioro ambiental cuando se considera que la primera implica la carencia de medios necesarios para incrementar la productividad familiar o individual. Los pobres recurren, para su supervivencia, a aquellos medios sobre los que no hay derechos de propiedad claros, es decir, explotan áreas naturales, tierras marginales y zonas de transición casi siempre de gran valor ecológico pero desconocido para ellos. Por ejemplo, la agricultura trashumante en la que utilizan el fuego para desmontar. Esta actividad desencadena un gran perjuicio ecológico con poco beneficio y alto costo social. No debe olvidarse que el ser humano es un minúscula parte del complicado engranaje de la delgada capa que es la biosfera. Debe entenderse que la tierra no pertenece al hombre, sino que éste es parte de ella y debe dejar de actuar simplemente como un parásito de la naturaleza.
1.4. Bienestar ecológico
Es indudable que el mundo sufre modificaciones fuera de control y lo hace a un ritmo acelerado. Ante esa realidad de cambios, han surgido dos grupos dedicados a estudiar y proponer medidas para evitar el deterioro de la naturaleza. Estos grupos son los ecólogos – profesionales que profundizan en la ecología como ciencia y analizan las relaciones de los seres vivos entre sí y con su ambiente , y los ecologistas – que han surgido como agrupaciones preocupadas de esta ciencia, cuyo objetivo principal es poner en alerta a la opinión pública y a las instituciones acerca de los problemas que están provocando la destrucción de las selvas, la contaminación de los ríos y mares y en general la perturbación ambiental ocasionada por el hombre y la industria moderna. Con una u otra postura, ecólogos o ecologistas, lo importante es buscar el bienestar ecológico para acercarse al equilibrio y evitar un gran desastre en el orbe que se habita.
En el caso de los ecologistas y, particularmente en México, esta corriente nació a principios de la década de los ochenta y para 1985 se celebró el primer encuentro nacional de ecologistas quienes aprovecharon los acontecimientos del sismo de septiembre del mismo año. Como resultado del encuentro se formaron cuatro tendencias a favor de la protección al ambiente. La primera la conformaron grupos con rasgos “liberatarios” o anarquistas que dieron vida y catalizaron el movimiento antinuclear, la segunda se preocupó por la conservación y protección de especies y lugares determinados, la tercera correspondió a organizaciones e individuos formados en el ejercicio de la tecnología alternativa, la cuarta tendencia se formó por un sector que trató de darle proyección política al ecologismo, con la idea de convertirlo en una fuerza social de opinión y de conciencia.
En realidad, como afirma Gabriel Quadri de la Torre, en su artículo sobre la ecología, la última tendencia fue el motor de lo que se llamó ecologismo. Con este primer encuentro nacional de ecologistas se buscó extender la influencia de la fuerza social ecologista y se entró en contacto con otros grupos. A la vez se formaron otras organizaciones como el movimiento ecologista mexicano, del que se desprendió la Alianza Ecologista Nacional, para posteriormente construir el Partido Verde, luego llamado Partido Ecologista. Sin entrar en análisis profundo de las acciones de estos grupos, de su fuerza o desaparición, Quadri de la Torre señala un interesante balance y perspectivas del movimiento ecologista en México:
La ecología es un tema prioritario en la agenda nacional
Se avanzó en la conceptualización correcta de los problemas, surgiendo la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente
La palabra ecología ha adquirido carta de naturalización en el lenguaje popular
Las inquietudes y demandas ecologistas de la población han enriquecido la participación y fortalecido a la sociedad civil
1.5. Ecología en México
La ecología atañe a todos los ámbitos del desarrollo humano e incide, en ocasiones de manera directa y preponderante, en la estructura de las organizaciones. Ello es evidente si se considera que la ecología:
Expresa el conjunto de factores exógenos que hacen posible al conjunto de individuos que conforman la sociedad mexicana, producir y reproducir las condiciones materiales de su existencia.
Es decir, el asumir conciencia ecológica implica, ni más ni menos, el reconocer la interdependencia esencial entre sociedad y medio ambiente. Ahora bien, para quines piensan que la ecología en el país “esta de moda”, habría que aclarar que la “moda” más bien se impuso por la contaminación generada en los procesos productivos, hacinamiento poblacional, el uso inadecuado de los recursos naturales, la obsolescencia tecnológica, etc., que atañen exclusivamente a la organización social y no a la naturaleza misma. Los problemas ambientales no pueden reducirse sólo al aspecto de contaminación, sino también al agotamiento de recursos naturales y a la modificación de las condiciones naturales, todos ellos vinculados a formas de organización económico-sociales concretas; industrialización y urbanismo como ejes del conflicto, pero también uso inadecuado de los recursos naturales en los procesos productivos, así como ausencia de una planeación nacional, integral y racional, del uso de los recursos.
Esta irracionalidad en el uso de los recursos naturales, se repite en la pesca, en el uso de los bosques, las cuencas hidrográficas y, por supuesto, en los asentamientos urbano-industriales. El territorio mexicano se encuentra erosionado y desertificado en un 70% y se estima que 500 000 hectáreas al año pierden su cubierta forestal; la ganadería invade tierras de cultivo, el cultivo invade bosques y selvas, las ciudades invaden todo, engranándose una cadena de depredación de altas proporciones.
No se pretende con este inciso, dedicado a la ecología en México, analizar todos los problemas involucrados con el deterioro ecológico nacional pues sería objeto de un libro.
Para concluir con este inciso presentamos diez puntos a considerar acerca del deterioro ecológico en México:
El ritmo de la deforestación en México es de 500 000 hectáreas anuales
El ritmo de deforestación oscila entre 10 000 y 40 000 hectáreas al año
Se encuentran en peligro de extinción 15% de las especies de flora conocida
La agricultura tecnificada contamina con químicos las aguas marinas en Sonora y Sinaloa
La ganadería invade 60 millones de hectáreas de bosques (o lo que un día fueron bosques)
Por cada tonelada de camarón se destruyen aproximadamente ocho toneladas de fauna de acompañamiento con potenciales alimenticios
Las zonas del país en donde se concentra el 70% de la población y el 80% de la actividad industrial, sólo cuentan con el 15% del agua del país
En zonas costeras en donde se explota el petróleo, la contaminación alcanza niveles peligrosos
La contaminación del aire por humos y gases, así como por ruido, rebasa los límites tolerables en 10 ciudades del país
La desaparición de áreas verdes es creciente en la cuidad de México y otras ciudades
1.6. Legislación ecológica
La atención a la problemática ambiental en México data de 1970, año en el que se formalizaron las estrategias preventivas y de control ambiental, tanto en materia legal como técnica para proteger los recursos naturales del país; como resultado, se elaboró la Ley Federal y su reglamento para la Prevención y Control de la Contaminación, la cual se define como:
La presencia en el medio de uno o más contaminantes, o cualquier combinación de ellos, que perjudiquen o molesten la vida, la salud y el bienestar humano, la flora y la fauna, o degraden la calidad del aire, del agua, o de la tierra, de los bienes, de los recursos de la nación en general, o de los particulares.
La preservación y mejoramiento del ambiente implica elegir, no sólo objetivos que pudieran contraponerse sino decidir las medidas e instrumentos más adecuados. Los métodos aplicables pueden variar, desde aquellos que reducen la acumulación de contaminantes, hasta los que disminuyen la congestión urbana que tiende a producir alto nivel de contaminación, o los que frenan el aumento de la población. Evaluar cada uno de estos métodos precisa el establecimiento de rigurosos criterios económicos y políticos. Para llevar a cabo las ideas antes señaladas se tomaron, por un lado, las experiencias de más de un decenio, involucrando la dimensión ecológica desde la planeación hasta las acciones; y por otro lado, se creó, a fines de 1982, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), la cual tiene, entre otras, la atribución de conducir la política ecológica de México. Para el 28 de enero de 1988, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.
Los aspectos más relevantes de esta ley son los siguientes:
Dispone la descentralización de la protección al ambiente y la preservación y restauración del equilibrio ecológico, mediante la transferencia de facultades, que hasta ahora habían estado reservadas a la Federación, para que éstas pasen gradualmente a los estados y municipios. Esto se logrará mediante convenios de coordinación o de delegación.
Establece un conjunto de principios que deberán observarse para la formulación de la política ecológica para el desarrollo del país, así como los instrumentos para su ejecución. Entre los instrumentos generales para guiar el desarrollo del país, se pueden mencionar: la planeación, la regulación de las actividades productivas y de servicio, los estímulos fiscales y los financiamientos.
Precisa el campo de las atribuciones de las dependencias y organismos políticos que tienen a su cargo funciones en la materia, procurando además la coordinación de los mismos.
Considera de gran importancia la participación social en las acciones ecológicas, tanto para acciones ecológicas del gobierno mediante la concertación con la sociedad; con esto se busca que las medidas necesarias para inducir las conductas apropiadas para lograr el equilibrio ecológico y la protección del ambiente sean adoptadas por la sociedad en general.
A partir de esta ley, es necesario contar con un sistema de información y vigilancia de la evolución del equilibrio ecológico y la protección del ambiente, en todo el país y en cada una de sus localidades, para lo cual se elaboran informes y se establece un sistema de visitas de inspección, para detectar los problemas que deben prevenirse o corregirse.
Aunque en esta ley se da mayor énfasis a los mecanismos preventivos, se incluye también mecanismos correctivos, a través de sanciones administrativas y penales, que se aplican en los casos de contravención de los mandatos contenidos en la ley, donde se tipifican con precisión los ilícitos que dan lugar a las sanciones, éstas se gradúan de acuerdo con la gravedad de la ofensa en las conductas hacia los intereses de la sociedad.
1.1. Ambiente y las organizaciones sociales
En la prehistoria el hombre no era un científico, pero para sobrevivir, tuvo que comprender algunas relaciones entre los animales, las plantas y el ambiente. Debía conocer dónde vivía el animal que le proporcionaba carne, para acecharlo y darle muerte. Más tarde, comenzó a cultivar la tierra. Domesticó a los animales para obtener de ellos su alimento, y en lugar de seguir cazando, se dedicó a reconocer los buenos suelos, seleccionar plantas y animales. Esta larga experiencia, a lo largo de los años, fue convirtiéndola hombre en un ecologista práctico.
El agricultor primitivo encontró imposible cultivar la pesada condición de las tierras de pastoreo, así limitó sus esfuerzos a las tierras de aluvión de los ríos donde el suelo era fértil. Aprendió a almacenar alimentos, luego empezó a edificar ciudades y pueblos y a aumentar en número. Sin embargo, hubo efectos concomitantes. El hacinamiento de gente en los pueblos y ciudades lo expuso a frecuentes epidemias y éstas, junto con las guerras y hambres, cobraron un fuerte precio de vidas humanas. Estas preocupaciones llevaron a los griegos a realizar los primeros estudios de ecología que se iniciaron con Héraclito quien indicó la existencia de una relación general en la naturaleza viva, su constante movilidad y su variabilidad.
Durante siglos, muchos científicos recolectaron datos sobre la interrelación entre las plantas, los animales y el medio que los rodea. Sin embargo, hace unos cuantos años, cualquiera que no fuese biólogo o estudiante de ecología, pasaba meses sin hallar mención alguna de esta nueva ciencia. Pero hoy gracias a la conciencia ecológica y a Heckel, esta disciplina se encuentra en las reuniones, en las editoriales de los periódicos, en las portadas de las revistas, en los discurso de los políticos, etc.
De esta manera y en forma muy general podemos ver la relación que existe entre el medio ambiente (ecología) y las organizaciones sociales, ya que es un tópico muy importante en nuestros días y que no dichas organizaciones no están exentas de tal situación ya que es muy bien visto por la sociedad que las organizaciones mantengan una conciencia ecológica y que todos, tanto individuos y organizaciones seamos parte de la solución a los problemas en materia ecológica.
1.2. Aspectos fundamentales de la ecología
Se ha concebido a la ecología como el estudio de las poblaciones de seres vivos que crecen y se multiplican en un medio constantemente cambiante pero limitado. Es decir, la ecología se basa en la lucha continua de los organismos para adaptarse a su medio, sin embargo, ecológicamente la vida no es un fenómeno individual, sino colectivo. Es una función comunal en la que las acciones individuales se coordinan y organizan para formar una unidad funcional.
La ecología humana representa una especialización dentro de la ecología general, es una aplicación particular a los seres humanos que define la relación infraestructural del individuo con la sociedad de su tiempo. Esta rama de la ecología general se estudia según la metodología que permite conocer la relación del hombre con su medio, tratando de adaptarse a un territorio (hábitat) concreto. Esto puede observarse en el amplio control que ejerce el hombre sobre lo que le rodea: la gran facilidad del hombre para idear y acumular métodos para enfrentarse a las situaciones de la vida que no tiene contrapartida en ninguna otra parte del mundo animado.
1.3. El hombre y el ambiente
El hombre durante casi un millón y medio de años, estuvo en equilibrio con su entorno. Estaba sujeto a los mismos procesos de selección natural. Era capaz de obtener su alimento sin alterar los ciclos vitales. Pero a partir de la Revolución Industrial el hombre se convirtió en el elemento más amenazador del equilibrio ecológico transformándose en el más grande de los consumidores de energía y en el productor de grandes cantidades de desechos. Puede afirmarse que estos factores han sido la causa principal de la grave patología de la biosfera, que los ecólogos llaman contaminación y los físicos entropía. Paralelamente a estos desequilibrios, se han presentado otros problemas entre los que se destaca el crecimiento demográfico.
Otros de los problemas que en la actualidad ha sido tratado en los foros de organismos internacionales son: la pobreza y el deterioro ambiental. Este aspecto es parte de la responsabilidad social del hombre frente al ambiente. Al respecto, es común relacionar la pobreza con el deterioro ambiental cuando se considera que la primera implica la carencia de medios necesarios para incrementar la productividad familiar o individual. Los pobres recurren, para su supervivencia, a aquellos medios sobre los que no hay derechos de propiedad claros, es decir, explotan áreas naturales, tierras marginales y zonas de transición casi siempre de gran valor ecológico pero desconocido para ellos. Por ejemplo, la agricultura trashumante en la que utilizan el fuego para desmontar. Esta actividad desencadena un gran perjuicio ecológico con poco beneficio y alto costo social. No debe olvidarse que el ser humano es un minúscula parte del complicado engranaje de la delgada capa que es la biosfera. Debe entenderse que la tierra no pertenece al hombre, sino que éste es parte de ella y debe dejar de actuar simplemente como un parásito de la naturaleza.
1.4. Bienestar ecológico
Es indudable que el mundo sufre modificaciones fuera de control y lo hace a un ritmo acelerado. Ante esa realidad de cambios, han surgido dos grupos dedicados a estudiar y proponer medidas para evitar el deterioro de la naturaleza. Estos grupos son los ecólogos – profesionales que profundizan en la ecología como ciencia y analizan las relaciones de los seres vivos entre sí y con su ambiente , y los ecologistas – que han surgido como agrupaciones preocupadas de esta ciencia, cuyo objetivo principal es poner en alerta a la opinión pública y a las instituciones acerca de los problemas que están provocando la destrucción de las selvas, la contaminación de los ríos y mares y en general la perturbación ambiental ocasionada por el hombre y la industria moderna. Con una u otra postura, ecólogos o ecologistas, lo importante es buscar el bienestar ecológico para acercarse al equilibrio y evitar un gran desastre en el orbe que se habita.
En el caso de los ecologistas y, particularmente en México, esta corriente nació a principios de la década de los ochenta y para 1985 se celebró el primer encuentro nacional de ecologistas quienes aprovecharon los acontecimientos del sismo de septiembre del mismo año. Como resultado del encuentro se formaron cuatro tendencias a favor de la protección al ambiente. La primera la conformaron grupos con rasgos “liberatarios” o anarquistas que dieron vida y catalizaron el movimiento antinuclear, la segunda se preocupó por la conservación y protección de especies y lugares determinados, la tercera correspondió a organizaciones e individuos formados en el ejercicio de la tecnología alternativa, la cuarta tendencia se formó por un sector que trató de darle proyección política al ecologismo, con la idea de convertirlo en una fuerza social de opinión y de conciencia.
En realidad, como afirma Gabriel Quadri de la Torre, en su artículo sobre la ecología, la última tendencia fue el motor de lo que se llamó ecologismo. Con este primer encuentro nacional de ecologistas se buscó extender la influencia de la fuerza social ecologista y se entró en contacto con otros grupos. A la vez se formaron otras organizaciones como el movimiento ecologista mexicano, del que se desprendió la Alianza Ecologista Nacional, para posteriormente construir el Partido Verde, luego llamado Partido Ecologista. Sin entrar en análisis profundo de las acciones de estos grupos, de su fuerza o desaparición, Quadri de la Torre señala un interesante balance y perspectivas del movimiento ecologista en México:
La ecología es un tema prioritario en la agenda nacional
Se avanzó en la conceptualización correcta de los problemas, surgiendo la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente
La palabra ecología ha adquirido carta de naturalización en el lenguaje popular
Las inquietudes y demandas ecologistas de la población han enriquecido la participación y fortalecido a la sociedad civil
1.5. Ecología en México
La ecología atañe a todos los ámbitos del desarrollo humano e incide, en ocasiones de manera directa y preponderante, en la estructura de las organizaciones. Ello es evidente si se considera que la ecología:
Expresa el conjunto de factores exógenos que hacen posible al conjunto de individuos que conforman la sociedad mexicana, producir y reproducir las condiciones materiales de su existencia.
Es decir, el asumir conciencia ecológica implica, ni más ni menos, el reconocer la interdependencia esencial entre sociedad y medio ambiente. Ahora bien, para quines piensan que la ecología en el país “esta de moda”, habría que aclarar que la “moda” más bien se impuso por la contaminación generada en los procesos productivos, hacinamiento poblacional, el uso inadecuado de los recursos naturales, la obsolescencia tecnológica, etc., que atañen exclusivamente a la organización social y no a la naturaleza misma. Los problemas ambientales no pueden reducirse sólo al aspecto de contaminación, sino también al agotamiento de recursos naturales y a la modificación de las condiciones naturales, todos ellos vinculados a formas de organización económico-sociales concretas; industrialización y urbanismo como ejes del conflicto, pero también uso inadecuado de los recursos naturales en los procesos productivos, así como ausencia de una planeación nacional, integral y racional, del uso de los recursos.
Esta irracionalidad en el uso de los recursos naturales, se repite en la pesca, en el uso de los bosques, las cuencas hidrográficas y, por supuesto, en los asentamientos urbano-industriales. El territorio mexicano se encuentra erosionado y desertificado en un 70% y se estima que 500 000 hectáreas al año pierden su cubierta forestal; la ganadería invade tierras de cultivo, el cultivo invade bosques y selvas, las ciudades invaden todo, engranándose una cadena de depredación de altas proporciones.
No se pretende con este inciso, dedicado a la ecología en México, analizar todos los problemas involucrados con el deterioro ecológico nacional pues sería objeto de un libro.
Para concluir con este inciso presentamos diez puntos a considerar acerca del deterioro ecológico en México:
El ritmo de la deforestación en México es de 500 000 hectáreas anuales
El ritmo de deforestación oscila entre 10 000 y 40 000 hectáreas al año
Se encuentran en peligro de extinción 15% de las especies de flora conocida
La agricultura tecnificada contamina con químicos las aguas marinas en Sonora y Sinaloa
La ganadería invade 60 millones de hectáreas de bosques (o lo que un día fueron bosques)
Por cada tonelada de camarón se destruyen aproximadamente ocho toneladas de fauna de acompañamiento con potenciales alimenticios
Las zonas del país en donde se concentra el 70% de la población y el 80% de la actividad industrial, sólo cuentan con el 15% del agua del país
En zonas costeras en donde se explota el petróleo, la contaminación alcanza niveles peligrosos
La contaminación del aire por humos y gases, así como por ruido, rebasa los límites tolerables en 10 ciudades del país
La desaparición de áreas verdes es creciente en la cuidad de México y otras ciudades
1.6. Legislación ecológica
La atención a la problemática ambiental en México data de 1970, año en el que se formalizaron las estrategias preventivas y de control ambiental, tanto en materia legal como técnica para proteger los recursos naturales del país; como resultado, se elaboró la Ley Federal y su reglamento para la Prevención y Control de la Contaminación, la cual se define como:
La presencia en el medio de uno o más contaminantes, o cualquier combinación de ellos, que perjudiquen o molesten la vida, la salud y el bienestar humano, la flora y la fauna, o degraden la calidad del aire, del agua, o de la tierra, de los bienes, de los recursos de la nación en general, o de los particulares.
La preservación y mejoramiento del ambiente implica elegir, no sólo objetivos que pudieran contraponerse sino decidir las medidas e instrumentos más adecuados. Los métodos aplicables pueden variar, desde aquellos que reducen la acumulación de contaminantes, hasta los que disminuyen la congestión urbana que tiende a producir alto nivel de contaminación, o los que frenan el aumento de la población. Evaluar cada uno de estos métodos precisa el establecimiento de rigurosos criterios económicos y políticos. Para llevar a cabo las ideas antes señaladas se tomaron, por un lado, las experiencias de más de un decenio, involucrando la dimensión ecológica desde la planeación hasta las acciones; y por otro lado, se creó, a fines de 1982, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), la cual tiene, entre otras, la atribución de conducir la política ecológica de México. Para el 28 de enero de 1988, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.
Los aspectos más relevantes de esta ley son los siguientes:
Dispone la descentralización de la protección al ambiente y la preservación y restauración del equilibrio ecológico, mediante la transferencia de facultades, que hasta ahora habían estado reservadas a la Federación, para que éstas pasen gradualmente a los estados y municipios. Esto se logrará mediante convenios de coordinación o de delegación.
Establece un conjunto de principios que deberán observarse para la formulación de la política ecológica para el desarrollo del país, así como los instrumentos para su ejecución. Entre los instrumentos generales para guiar el desarrollo del país, se pueden mencionar: la planeación, la regulación de las actividades productivas y de servicio, los estímulos fiscales y los financiamientos.
Precisa el campo de las atribuciones de las dependencias y organismos políticos que tienen a su cargo funciones en la materia, procurando además la coordinación de los mismos.
Considera de gran importancia la participación social en las acciones ecológicas, tanto para acciones ecológicas del gobierno mediante la concertación con la sociedad; con esto se busca que las medidas necesarias para inducir las conductas apropiadas para lograr el equilibrio ecológico y la protección del ambiente sean adoptadas por la sociedad en general.
A partir de esta ley, es necesario contar con un sistema de información y vigilancia de la evolución del equilibrio ecológico y la protección del ambiente, en todo el país y en cada una de sus localidades, para lo cual se elaboran informes y se establece un sistema de visitas de inspección, para detectar los problemas que deben prevenirse o corregirse.
Aunque en esta ley se da mayor énfasis a los mecanismos preventivos, se incluye también mecanismos correctivos, a través de sanciones administrativas y penales, que se aplican en los casos de contravención de los mandatos contenidos en la ley, donde se tipifican con precisión los ilícitos que dan lugar a las sanciones, éstas se gradúan de acuerdo con la gravedad de la ofensa en las conductas hacia los intereses de la sociedad.
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