EL SECTOR EXTERIOR

4.1. Balanza de pagos y equilibrio exterior




La balanza de pagos es un documento contable en el que se registran de modo sistemático las operaciones económicas entre los residentes del país y el resto del mundo, efectuadas en un determinado plazo de tiempo, normalmente un trimestre o un año. Hay tres grandes tipos de operaciones:

• Las corrientes

• Las de capital

• Las financieras

que dan origen respectivamente a las 3 grandes cuentas de balanza.



Operaciones corrientes y de capital

La balanza por cuenta corriente agrupa las transacciones exteriores referidas a la exportación e importación de mercancías y de servicios, a rentas del capital y del trabajo y a las transferencias corrientes internacionales. Si el saldo corriente es positivo, indica que el país ha realizado un préstamo neto al exterior y, por tanto, el país tiene capacidad de financiación con respecto al exterior. Si es negativo, indica que el país ha recibido un préstamo neto desde el exterior y, por tanto, el país tiene necesidad de financiación exterior.

Entre 1964 y 1998 este saldo ha sido 22 veces negativo y 13 positivo, por tanto la economía española es más proclive al déficit que al superávit corriente.

El saldo comercial se obtiene como diferencia entre los ingresos y los pagos derivados de las exportaciones e importaciones de mercancías.

España tiene en los ingresos por turismo la rúbrica más importante para compensar el déficit de otras partidas de la cuenta corriente, en particular el déficit comercial. Dicha capacidad de financiación ha pasado por diversas situaciones. Se pueden distinguir 3 periodos:

• Uno primero de inicio y consolidación de la actividad turística de masas entre 1964 y 1979, en que el superávit supuso en torno al 70% del déficit comercial.

• Un segundo periodo, entre 1980 y 19995, en que la capacidad de financiación del turismo se elevó al 90%, pero se produjo un estancamiento, debido a la apertura con el exterior, las salidas de españoles al extranjero y el agotamiento de un modelo turístico de bajos precios y reducido gasto por visitante.

• Desde 1995 hasta hoy se observa una poderosa recuperación de la capacidad del turismo para financiar el déficit público.

Las transferencias han sido otra de las partidas que han permitido compensar la brecha del comercio exterior. Pueden distinguirse 2 etapas:

• Una primera hasta 1985 en que destacan las remesas de los emigrantes

• Una segunda desde 1986 hasta la actualidad compuesta por las aportaciones de la UE, y ha tenido su principal fuente en el Fondo Europeo de Garantía Agraria y en las aportaciones del Fondo Social Europeo.



La balanza de capitales agrupa las transferencias de capital y los ingresos y pagos procedentes de la compra o venta de activos inmateriales y de activos no producidos. El más importante es el de las transferencias de capital, compuestas por las aportaciones de los fondos comunitarios.



Operaciones financieras

En la balanza de operaciones financieras se recogen los cambios en la posición acreedora o deudora de España con el exterior, según los instrumentos que se han utilizado para obtener u otorgar esa financiación.

Desde la década de los 80 pueden destacarse 3 etapas:

 1980-1986: abarca los años inmediatamente anteriores a la adhesión de España a la C.E.E. Se observa que tanto las entradas como las salidas de recursos financieros se mantienen en niveles bajos con relación al PIB, ya que hay insuficiente liberalización de las operaciones y pq las necesidades de financiación de la economía se vieron reducidas merced a resultados positivos en la balanza de cuenta corriente durante el trienio 84-86.

 1987-1991: presenta una clara diferenciación con la anterior por el hecho de la gran disparidad entre las entradas, que alcanzaron una altura significativa en relación con el valor del PIB, y las salidas que se situaron en niveles poco más elevados que en la etapa anterior. En 1989 la peseta se incorporó al Sistema Monetario Europeo, y en los años posteriores a su entrada se registró un notable déficit comercial. También fueron años de importantes entradas de inversiones directas.

 1992-1999: se observa un panorama plenamente liberalizado de las operaciones financieras. Se impone un estado cercano al equilibrio.





4.2.La política de tipos de cambio



El comercio exterior es el eslabón más débil de las relaciones económicas exteriores de España. En estos casos la política económica debe orientarse hacia reformas estructurales a largo plazo, como aumentos de productividad, incorporación de progreso técnico, alteraciones en la especialización productiva o aumento de la cantidad o calidad del trabajo, el capital y las infraestructuras, centradas todas estas en la oferta.

A veces se plantean otras actuaciones menos importantes y más a corto plazo, influyendo sobre la demanda, y son las más frecuentes. Se pueden distinguir políticas que tienden a:

 Desviar el gasto desde las importaciones a la producción nacional: aranceles o medidas equivalentes, y tipo de cambio de la moneda.

 Contener el gasto: una política fiscal que aumente los impuestos y disminuya el gasto público y una política monetaria que haga más onerosas las condiciones de los créditos a las empresas y a las familias.



Desviación del gasto

La utilización del arancel a la importación ha sido uno de los instrumentos más comunes dentro y fuera de España para desviar el consumo desde los productos foráneos a los nacionales que compiten con ellos., pero hoy día es un instrumento de escasa importancia en la regulación de los flujos comerciales exteriores.

El otro instrumento tradicionalmente utilizado por España ha sido el tipo de cambio nominal de la peseta. Se llama tipo de cambio nominal de una moneda a la cantidad de ella que hay que dar a cambio de una unidad de moneda extranjera.

España ha recurrido con periodicidad a devaluar su moneda como forma de recuperar la competitividad de sus exportaciones y disminuir la de sus importaciones. Así, entre 1959 y 1995 se efectúan 11 devaluaciones.



Hay que tener en cuenta que la forma de llevar a cabo una política de tipo de cambio y los efectos que pueda tener dependen, en gran medida, del marco legal e institucional en que se desarrolle. Cuatro etapas:

 1959-74: el fracaso del modelo autárquico acabó forzando un cambio profundo en la orientación económica. La devaluación y unificación del cambio y la integración en el Fondo Monetario Internacional abrió la fase de los tipos de cambio fijos, con una banda de oscilación del 1%. En 1967 se devaluó la peseta, lo que proporcionó entre 1969 y 1973 unos buenos resultados en la balanza de pagos.

 1974-89: la crisis del Sistema Monetario Internacional condujo a los tipos de cambio flotantes . Los problemas internos condujeron a que las autoridades depreciaran el cambio de la peseta en 1976, 1977 y 1982, pero se dieron unos resultados poco deseables: elevados déficits comerciales, altos tipos de interés y persistencia del diferencial de inflación.

 1989-98: Integración de la peseta en el compromiso de cambios del SME. Establecimiento de tipos de cambio fijos con las monedas europeas y una banda de oscilación frente a ellas en el mercado del 6%. Los malos resultados exteriores obligaron a devaluar la peseta en 1992, y 1993 se ampliaron las bandas de fluctuación al 15%.

 1999 en adelante: Al cumplir con los requisitos establecidos en el Tratado de Maastricht, España se incorpora a la moneda única el 1 de enero de 1999. A partir de este momento, el cambio de la peseta frente al euro se establece de forma inalterable en 166,386 pesetas. La peseta desaparecerá el 1 de julio del 2002 a favor del euro como única moneda europea.



Contención del gasto

Se refiere al control del gasto interno. El déficit corriente con el exterior equivale a la diferencia entre la renta nacional disponible y el gasto en consumo e inversión y una forma de aminorar este déficit es reducir el gasto nacional. Sin embargo, si España quiere alcanzar los niveles de renta por habitante de los países de su entorno europeo y reducir su tasa de desempleo, deberá crecer más deprisa que ellos, lo que implica expandir el gasto.

La economía española ha recurrido a políticas de moderación del gasto y del crecimiento para conseguir disminuir el déficit comercial.

Cabe distinguir 3 periodos:

► 1977(Pactos de la Moncloa)-1992(Plan de Convergencia). Predomina la política monetaria restrictiva, con moderado crecimiento de la cantidad de dinero y elevados tipos de interés nominal, y con él, la inflación y el déficit comercial exterior. La política fiscal se basa en un aumento de los ingresos y un aumento aún mayor de los gastos, debido, sobretodo, a la construcción del Estado del Bienestar.

► 1993-1997. El gobierno socialista busca contener el gasto público y la presión fiscal, y se diseña una política de dinero más abundante, que impulse la bajada de los tipos de interés y así se pueda contener la inflación.

► A partir de 1998 se entra en una mayor sincronía con el resto de países europeos tanto en política monetaria como fiscal. Los estatutos del Banco Central Europeo asignan como fin prioritario el mantenimiento de la estabilidad de precios, la cual cosa justifica que el Banco Central Europeo practique un apolítica monetaria estricta.

Todo esto queda recogido en el Programa de Estabilidad del Reino de España.





4.3 La inversión extranjera



El proceso de apertura de la economía española se inició a comienzos de los 60 y estuvo acompañado de una política favorable a la penetración de capital extranjero. Esto contribuyó a dotar de mayor alcance al proceso de internacionalización de la economía española y en 1959 se adoptó una normativa muy favorable a la introducción de capital extranjero. Por el contrario, la corriente inversora del signo opuesto se mantuvo sometida a una regulación restrictiva hasta casi finalizada la década de los 70.

Los 3 ámbitos en los cuales fue favorable la introducción de capital extranjero son:

1. Complementó el ahorro nacional, facilitando un mayor dinamismo de la actividad inversora.

2. Fue un mecanismo de provisión de divisas, compensando el saldo deficitario de otras partidas de la balanza de pagos.

3. Actuó como resorte promotor de la modernización productiva, gerencial y tecnológica del tejido empresarial.

Por tanto el capital extranjero contribuyó de una forma muy notable al proceso de crecimiento e internacionalización de la economía española y los recursos movilizados por el capital extranjero mantuvieron una tendencia continuadamente creciente a lo largo del tiempo.

La integración en la Unión Europea añadió un atractivo adicional al mercado español como punto de destino del capital extranjero.

Desde un punto de vista sectorial, el capital extranjero se ha orientado preferentemente hacia actividades del sector manufacturero y, en proporción levemente menor, al sector servicios, siendo marginal la actividad inversora en el sector primario.

Más de la mitad de las inversiones en España provienen de los países comunitarios.

En la actualidad, el proceso de internacionalización de la economía española descansa muy centralmente sobre las actividades de servicios.

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