LOS DEFICITS DEL SECTOR PUBLICO

11.1) La balanza de pagos española. El déficit exterior de la economía española: mecanismos de financiación y teorías interpretativas.




Analizaremos los componentes de la balanza por cuenta corriente. Su saldo ha sido normalmente negativo por lo que ha sido deficitaria a lo largo del tiempo. La razón de éste déficit está en el saldo de la balanza comercial, el cual es permanentemente negativo y de una cuantía aproximada al 5% del PIB.

Tabla 6: Evolución de la balanza por cuenta corriente detallada.



AÑOS SALDO BZA. COMERCIAL SALDO BZA. SERVICIOS SALDO BZA. TRANSFER. SALDO BZA. CUENTA C/

64-73 -5.4 3.3 1.7 -0.4

74-79 -5.3 2.4 1.1 -1.8

80-85 -4.4 2.6 0.7 -1.1

86-90 -5.0 2.9 1 -1.1

91-93 -4.8 1.2 1.1 -2.5

94-96 -2.6 1.9 0.9 -0.5



Las importaciones han sido históricamente mayores a las exportaciones en nuestra balanza de comercio exterior. El saldo de la balanza por cuenta corriente es negativo, a pesar de tener saldos positivos en la balanza de servicios y la balanza de transferencias: tenemos un déficit histórico por el saldo de la balanza comercial.

Características del comportamiento en el comercio exterior para explicar las razones de este déficit comercial de carácter permanente:



se da un desequilibrio entre la propensión a importar (X/PIB) y la propensión a exportar (M/PIB): la propensión a exportar siempre se ha desarrollado en épocas de crecimiento, sin embargo el comportamiento de la propensión a importar refleja las necesidades que tenemos de consumir ciertos productos, la demanda de los cuales no disminuye en los momentos de recesión. Estos productos son principalmente los productos de carácter energético, maquinaria o tecnología punta; tenemos una dependencia con el exterior en cuanto a lo que a estos productos se refiere. Dada esta situación si el objetivo de la economía española se fija en una reducción del déficit exterior la única solución sería, dado que no podemos reducir la propensión a importar, aumentar las exportaciones. El hecho definitivo de nuestro déficit persistente es que esta situación en la que las exportaciones superen las importaciones nunca se ha dado.

Tanto si las importaciones aumentan como si lo hacen las exportaciones esto afectará al coeficiente de apertura externa: X+M/PIB. Este coeficiente ha pasado de ser un 16% a un 30% en la actualidad. De una manera más detallada podemos establecer una análisis histórico del desarrollo del coeficiente apertura:



 Desde principios de los 60 y hasta mediados de los 80 el total de exportaciones ha crecido más rápidamente que las importaciones, pero las importaciones en bruto siguen siendo superiores al nivel de exportación.

 Durante el período expansivo de los años 80 hasta los 90 las importaciones crecen con un mayor dinamismo puesto que el crecimiento de la demanda interna no podía ser abastecido con el nivel de producción interna.

 A principios de los 90 tanto las importaciones como las exportaciones crecen a un ritmo parejo, pero el volumen de las importaciones es siempre mayor.



Como vemos, el hecho de que el coeficiente de apertura al exterior haya crecido tanto desde los 60 hasta hoy ha sido principalmente fruto del crecimiento de las importaciones.

La balanza de bienes y servicios y la de transferencias son los elementos compensadores de la balanza comercial. Principalmente hay un componente que estabiliza de una manera esencial en la balanza de servicios, que es el turismo. Para poder compensar la balanza comercial habría que fomentar espectacularmente los servicios del turismo, de manera que cada turista recibiera más calidad y por tanto se dejara más gasto en España por cada turista.

El saldo de la balanza de transferencias creció de una manera importante en los años 70, integrada por los saldos de los emigrantes.



La balanza de capital.

Para cubrir el déficit de la balanza por cuenta corriente en ocasiones se puede acudir a la financiación externa. Cuanta mayor sea la movilidad de capital mayor serán las posibilidades de financiación. La entrada de capitales en nuestro país ha supuesto desde los años 70 hasta nuestros días aproximadamente un 7% del PIB, tanto a corto como a largo plazo. También las salidas de capital al extranjero han sido importantes, y aún más a medida que los mercados financieros es han ido liberalizando, pero esto nunca ha supuesto más del 5% del PIB. La trayectoria en términos de financiación extranjera ha sido:

 Años 60: entradas de capital muy importantes que permitieron establecer un proceso de capitalización de la economía española.

 Años 70: Las entradas de capital siguieron siendo importantes y sirvieron para la reconstrucción de la estructura industrial (incremento del stock de capital)

 Años 80: la actividad de la balanza de capital permite diferenciar tres etapas diferentes:



Tabla 7: Evolución de la balanza de capital desde el 80 hasta el 92 (% del PIB)

Entradas de K Salidas de K

80 hasta 86 2.0 0.7

87 hasta 91 6.3 1.6

Desde 92  7  6



Vemos en general un notable diferencia entre las entradas y las salidas. El salto más importante lo vemos del período primero al segundo, del año 86 hasta el 87 las entradas se incrementan en cuatro puntos. Se trata de un momento de apertura financiera lo cual además viene acompañado por neutra entrada en el Mercado Común:



 Situación de expansión para la economía española

 Tipos de interés elevados

 País atractivo para las transferencias de capital dada la entrada en el MC.



Se da a su vez durante este período una culminación de las medidas que liberalizan los mercados de capital (liberalización total).

Vemos cómo el marco institucional es un factor importante a la hora de determinar si entran o salen capitales. Las dos primeras etapas se caracterizan por los flujos de capitales a largo plazo.

El tercer período (92) los capitales a corto plazo son los que tienen un papel más importante , se mueven más por intereses especulativos.



En base a los criterios de rentabilidad o movimientos especulativos tendríamos la posibilidad de clasificar los capitales de una manera distinta (no CP o LP):



1. Capitales de inversión: distinguiremos las inversiones en:



 Inversiones directas: se trata de las más productivas, se dan cuando el capital acude a un determinado país para obtener una contrapartida de adquisición de una empresa, intervenir en su ampliación, etc.. Es la que más interesa en un país, en España ha supuesto alrededor del 50% de toda la inversión que se ha llevado a cabo.

 Inversión en cartera: se materializa en la adquisición de títulos con el ánimo de buscar rentabilidad financiera, se trata de un tipo de inversión más inestable y más especulativa.

 Inversión inmobiliaria: ha aumentado ya que los extranjeros que se jubilan han venido mucho a España a adquirir inversiones inmobiliarias.



2. Otro capital: se trata de una partida residual, todos los tipos de capitales que no incluimos en los capitales de inversión:



 Créditos: cuando España concede un crédito a otros países para que nos compren unos determinados productos, están relacionados con algún tipo de actividad comercial.

 Préstamos: no necesariamente tiene que haber una contrapartida como en el caso anterior.



Corrección del desequilibrio exterior.

La corrección del déficit puede realizarse desde dos tipos de políticas:



A) Políticas de ajuste a largo plazo: medidas encaminadas a las reformas estructurales (mejora del sistema productivo, perfeccionamiento de las instituciones, aumento de las infraestructuras, incremento en los recursos y mejora de su calidad, etc.)

B) Políticas de ajuste a corto plazo: son aquellas que afectan a los tipos de cambio o bien la contención del gasto o demanda interna. Son medidas utilizadas normalmente a corto plazo.



Un excesivo gasto interno en relación a nuestra competitividad en el exterior ha sido la razón por la cual la economía española ha sufrido un desequilibrio en términos del sector exterior.

Vistos los mecanismos de ajuste que son utilizados para eliminar estas divergencias en el sector exterior veremos ahora cómo ha sido utilizado cada uno de ellos:



a) Políticas de tipo de cambio: en España se ha recurrido mucho a devaluaciones de moneda de manera que la competitividad se pueda recuperar. Exactamente desde 1959 hasta 1996 han sucedido 11 devaluaciones en el caso de que los tipos de cambio fueran flexibles o bien depreciaciones en el caso de tipos de cambio fijos. Esta política se ha mostrado efectiva en general, ha provocado mejoras en el saldo de la balanza por cuenta corriente, dado que las devaluaciones provocan mejoras en el saldo de la balanza de bienes y servicios vía un aumento de la competitividad. El problema a la hora de activar esta política viene dado por el diferencial de inflación de España respecto de otros países lo que hace que la política de tipo de cambio se tenga que restringir a una acción efectiva en el corto plazo, ya que a medida que pasamos al largo plazo empezamos a perder competitividad vía precios.



Del año 59 al 73, bajo un sistema de tipos de cambio fijos la peseta se deprecia debido a las pérdidas de competitividad que vienen inducidas por este sistema de tipos de cambio.

Del año 73 al 89 nos situamos en un sistema de tipos flexibles. En Europa se instaura la serpiente monetaria, con la que los países europeos se comprometen a un sistema de cambios flexibles con unas determinadas bandas de fluctuación. España no entró oficialmente en esta sistema, pero sí intentó armonizar su política cambiaria con la del resto de países miembros de la serpiente monetaria. Pese a ello las autoridades monetarias españolas tuvieron que echar mano de tres devaluaciones, en el 76, en el 77 y en el 82.

Con la entrada en el 89 en el SME nos encontramos con un tipo de cambio excesivamente alto, a pesar de haber depreciado nuestra moneda. Nuestra situación económica en términos de competitividad hubiera requerido una nueva devaluación. Con la llegada de las tormentas monetarias la peseta sufre dos devaluaciones. En general es una situación muy mala para todo el SME, lo que provoca la ampliación de las bandas de fluctuación. En el año 95 se produce un nuevo realineamiento con la paridad central.

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